martes, 12 de abril de 2011

Mabel Orrego.

Matilde me llamó a eso de las nueve de la noche, avisándome de que ya estaban a punto de llegar con Pablo, él cual estaba de cumpleaños y le estábamos haciendo una fiesta sorpresa.
            Con mal humor me puse en la ventana y miré aburrida esperando ver el Golf Cabriolet verde de Matilde, para decirles a todos que se ocultaran. Cuando eso pasó, me escondí al lado de la puerta- el de la bisagra-, asi antes de que se abriese estaría ya escondida en el momento de decir sorpresa.
            Creo que ese siempre será mi lugar mientras siga con Matilde, escondida tras una puerta, pero es que no puedo separarme de ella, traté, pero ella tiene algo que me perjudica, y si dejó que lo ocupe en mi contra estaré en problemas, por eso debía permanecer con ella hasta poder robarle lo que necesito.
            Entraron, tuve que tener un poco de cuidado para que la puerta no me aplastara, soy bastante menudita. Vi cómo entraba primero Matilde, castaña, vestía una blusa blanca con una mini negra y unos tacones del mismo color. Tras ella entró Pablo con una chaqueta negra y unos jeans oscuros, reconocí su pelo descuidado y café, iluminado por el fulgor de la luna llena que entraba por la puerta.
            — ¡Hay que soy pava! Amor, se me olvidó prender la luz, ¿préndela?—le pido haciéndose la  tierna.
Pablo, cómo buen perrito faldero que era, prendió la luz. El living lujoso de su casa se iluminó, y todos salimos de nuestros puestos al mismo tiempo y gritamos.
— ¡SORPRESA!—me miró fugazmente por haber salido de detrás de la puerta, luego  dijo, mirando a todos:
—No sé que decir— escuché cómo su voz se quebraba, creo que no se esperaba otra fiesta sorpresa, después de la que ya le habíamos hecho el año pasado en Lomas Huasi. Claro que éste año faltaba uno de mis mejores amigos, que habia ayudado a organizar la fiesta del año anterior, pero ahora estaba enfermo. Le comenté a Francisca Vargas la diarrea que había tenido y no pudo evitar reírse de él.
Matilde dijo algo en una voz demasiado aguda y corrió a abrazar a Pablo y se dieron un largo y prolongado beso.
Creo haber sido la primera en haber saludado a Pablo. Lo abracé le deseé un feliz cumpleaños y que encontrara la paz y la felicidad que merecía. Evidentemente para mí era decirle “deja a esta huevona, te caga con tu amigo, imbecil”.
Después de mi, vino el más cínico de  todos, Roberto Britto, quien  abrazó a Pablo, le dijo que le quería mucho, que ojala lo pasara muy bien.
— ¿Quién podría pasarlo bien con unos cuernos cómo los suyos?—susurré.
— ¿Dijiste algo, enana?—preguntó Britto. Pablo se fue a saludar a Mauricio y a Mirko.
Yo miré de reojo a Britto, fruncí los labios y dije con voz cínica:
—No nada, Roberto. Y no me digas más enana que me carga—me fui pasando a llevar  con mi hombro parte de su cuerpo. El me agarró del brazo y me plantó de nuevo frente a él.
—No te conviene hacerme enojar, Orrego—dijo desafiante.
— ¿A si?—lo miré de reojo y puse los brazos en jarra—. ¿Tendría que temerte, Britto?
—Claro que sí—dijo encarando una ceja. Le iba a decir que no tenía tiempo para sus estupideces, pero él me atajó—. No creas que Matilde sea la única que ha visto las fotos, ni la única que tiene copias—sacó de su chaqueta de cuero una cámara digital—. En esto se puede ver exactamente cómo consumías marihuana, Mabel.
Alcé mi brazo para tratar de arrebatarle la  cámara, pero Roberto fue más rápido, y más alto que yo y la puso sobre su cabeza.
— ¡Pásame eso Roberto!—dije firmemente.
—Mira, enana, debes ser más respetuosa conmigo—dijo desafiante—. Sino tus papitos se enteraran que su hija le hace a la maría—luego rió burlescamente.
Mientras se reía le golpeé en el estomago y él se agachó sorprendido, porque no creo que mi puño doliese algo.
— ¡Escúchame, tarde o temprano me vengare!—dije con voz sombría en su oído. Luego me alejé de él con  paso firme, y salí al jardín, ya todos nos habían abandonado.
Cuando llegué Pablo estaba dando un brindis, y lo único que quería era irme de allí. ¡No! Gritar todas las mierdas que tenia escondida Matilde Santamaría, luego golpearla en el piso, comer un poco de helado, y después irme.
Me senté sola casi todo el rato, los demás bailaban, pero yo no estaba interesada en nada. Varios trataron de sacarme al jardín a bailar, pero los rechacé tratando de fingir cortesía, no quería estar con nadie, solo pensaba cómo robarle la cámara a Roberto.

***
Recuerdo que desde donde yo estaba se podía ver a la gente salir y entrar a la casa. Cuando ya no quedaba más que unas pocas personas vi que Javier y Francisca entraron y me dejaron sola.
            Decidí pararme, llamar a mi madre para que me viniera a buscar e irme, pero justo en ese momento Matilde me agarró del brazo y me llevó por la puerta del lavadero de la casa, de allí salimos a un pasillo escasamente iluminado que daba con una pared con una puerta de vaivén, y una escalera de caracol.
— ¡Me haces daño!—dije zafándome de  un tirón.
— ¡Y qué me importa!—me espetó y yo me quede helada ante su brusquedad—. Mira, voy a subir y estaré un rato con  Roberto, si Pablo sube lo distraes.
Me quedé parada ahí mirando sus tacones negros y luego le respondí:
—No—lo dije casi en susurró pero estaba segura que Matilde había escuchado.
— ¡A ver!—me increpó, luego me puso contra la pared sujetándome el hombro izquierdo con  su mano derecha y con la otra me apuntaba maliciosamente con el índice—. Lo vas a distraer, él no puede subir, ¿me entendiste?
—No, yo  estoy harta de las mentiras—dije furiosa, estaba demasiado enojada para hacerle recados a Matilde.
—Me importa una mierda, si estas harta o no. Si Pablo sube, ten por seguro que mañana mismo me encargo de publicar las fotos que tú y yo sabemos, en Facebook. Que tragedia para la familia Orrego una hija que se dedica el tiempo libre a...
— ¡Ya, está bien!—le interrumpí llena de impotencia.
—Así me gusta, eres una chica buena Mabel— me dio un beso en la frente, luego me hizo un gesto para que vigilara la puerta y se fue. 
Hastiada me apoyé en la pared, me relajé. Cómo se había apagado la muisca solo se escuchaba el ruido del viento por el ventanal. Cuando estaba más  tranquila escuché un ruido que venía desde la escalera de caracol, desvié la vista rápido y pude divisar las zapatillas medias deslavadas de Pablo. Había subido la escalera, y también salió por la otra puerta. Hubiese hecho el intento de detenerlo, pero estaba tan harta de todo, saqué de la cocina una cerveza, donde vi una chica morena de pelo liso negro llorando sobre la mesa, mi sentido de generosidades me decía que le hablara, pero justo en ese momento se paró y se fue.
Me fui a la silla de playa donde había estado mirando la luz de la piscina. Escuché unos cuantos ruidos, escuche a alguien gritar maraca a alguien, pero no quise ir, solo pensaba en cómo quitarle la cámara a Britto allí estaba mi llave para liberarme de Matilde de una vez por todas.
De la nada surgió una idea.
            Avancé hacia la casa, iba a subir a la pieza de huéspedes, pero no pude evitar pararme a escuchar una conversación que venía desde la cocina, justo de la puerta que daba al pasillo que llevaba al  living, aparentemente a alguien la tenían contra la pared.
 —Me las vas a pagar mala amiga—escuché decir a Matilde.
— ¿Y por qué se puede saber?—respondió Francisca—. Por haber sido sincera, Mati, ¿por eso?
—No, por hocicona, ya vas a ver. —le amenazó Matilde, su voz empezó a subir de tono.
— ¿A si?—dudó Francisca en tono irónico. Yo ya sentía miedo por ella, quizás cómo ella era buena amiga de Matilde no sabía que debía temerle, dado que a Matilde, aquel que la provocaba no tenia un futuro muy bonito— ¿Qué me harás, divulgaras secretos míos por el colegio?
— Que no se te olvide que mi viejo, es el jefe del tuyo, y por haberte puesto insolente conmigo, mañana mismo  tú y tu familia se van a la calle sin ningún peso—. Gritó, pero luego puso su voz dulce y cínica que ponía cuando quería atemorizarla más a una—. Créeme Francisca, no te conviene tenerme de enemiga.
Sentí la puerta correrse y casi me dio en la nariz pero alcancé a retroceder.
Matilde hizo con su cabeza un ademan de buscar algo,  su pelo corto y castaño se movió con ella.
Me miró, y me grito.
— ¡Ya me las arreglare contigo, inútil!—se fue muy rápido hacia afuera.
Subí rápidamente la escalera tenia una oportunidad. Llegué a la habitación de huéspedes, allí había dejado mi bolso cuando llegué a la casa. Prendí la luz y vi todos los abrigos y bolsos de la gente que aun quedaba en la casa. Ya  no eran tantos. Tomé el mío y saqué de éste una manopla negra de fierro, era algo pesada, pero podía con ella. Recuerdo que hace unos meses mi amigo, el que falto a la fiesta, me la prestó para devolverme a mi casa y ahora la ocuparía para quitarle esa cámara a Britto.
Lo demás  fue muy fácil. Apenas salí de la habitación de huéspedes vi la luz del baño prendida, quise ir a ver quien estaba allí. No importaba retrasar la recuperación de la cámara, estaba cien por cien segura de que pasaría esa noche antes de irme, y nadie sospecharía de la pobre y tierna Mabel Orrego.
Me acerqué con la manopla al umbral de la puerta, y cuando vi que Britto estaba agachándose para recuperar su polera aproveché de hacer realidad mi plan.
Sigilosa y rápida me adentré en l baño, y le propiné un golpe muy fuerte en la sien, Roberto cayó al instante inconsciente. Busqué su chaqueta de cuero. Recién allí me fijé que solo tenia puesto el bóxer a cuadrille azul. Cerca de su pie estaba la chaqueta, la tomé y saqué la cámara.
Salí del baño pero en el umbral me topé con la chica de piel de caramelo y el pelo negro que le caía cómo una delicada y fina cortina, con unos ojos del mismo tono, me miró extrañada,  luego a Britto y luego me extendió la mano.
—Constanza Guevara—le estreché la mano extrañada—, encantada de conocer a alguien que quiere vengar a Pablo.
—Mabel Orrego—dije extrañada—. Bueno no era mi intención vengar a Pablo. ¡No es que no apoye la causa de defender a alguien a quien lo engañan!—dije cuando puso una mueca rara en su cara—, además este hipócrita tenia algo que me pertenecía—dije mirando con desdén a Britto inconsciente y semidesnudo en el suelo del baño.
—No importa, te me adelantaste, si no lo hubieses hecho tu lo hago yo—rió Constanza. Bajamos la escalera juntas, era demasiado simpática, y eso me parecía sospechoso. Tiendo a desconfiar de la gente cuando estoy nerviosa y ella no seria la excepción. A mi parecer quería algo que yo tenia.  
Vimos a Pablo subir muy afectado, pero no llorando, Constanza se estremeció, pero no le prestó atención, cuando bajó se fue a la cocina, entonces aproveché. Corrí a la puerta de entrada, iba a salir, pero luego vi a Francisca sentada en la escalera llorando. No me vio, cerré la puerta con cuidado para que no me sintiera y luego volvi a entrar.
Constanza estaba detrás de mí.
— ¡Ah!—grité—. Me asustaste.
—Tu manopla—dijo con voz queda.
— ¿Perdón?—pregunté pensando que no había escuchado bien.
— ¡Dame tu manopla!—asustada se la di.
Ella salió corriendo y la perdí de vista en la escalera de caracol.
A esas alturas nada me importaba.
Agarré la cámara. Salí de la casa y arrojé la cámara a la piscina y justo en ese momento todo empeoró.
Escuché el ruido de un disparo, luego el de un vidrio quebrarse.
Vi cómo algo caía desde las alturas y se zambullía en la piscina. Me acerqué a ver y vi a Matilde, estirada boca arriba con su vestido de fiesta, tenia un agujero en la cabeza y los ojos verdes estaban completamente abiertos mirando el cielo estrellado del norte de Chile.
— ¡Aaaaaaah!—grité espantada, pronto empecé a chillar y a  llorar cómo un bebe, y sin poder evitarlo.
Sin percatarme sentí una mano que me rodeó y me acercó a su cuerpo. Era Francisca. Me oculté en su hombro sin parar de  repetir que estaba muerta.
Sentí como Francisca me golpeó en la mejilla, entonces todo se volvió negro.
















Escrito por Matías Mayork.

5 comentarios:

  1. PREPARE MAYORK! YOU ARE IN BIG TROUBLES, YOU ARE SUCH AN ASSHOLD, IF YOU DONT STOP DOING THIS THING CALLED "HISTERIA" ILL DEMAND YOU BY THE COPYRIGHTS!

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  2. PREPARE MAYORK! YOU ARE IN BIG TROUBLES, YOU ARE SUCH AN ASSHOLD, IF YOU DONT STOP DOING THIS THING CALLED "HISTERIA" ILL DEMAND YOU BY THE COPYRIGHTS! you already know this, so stop this, or im going to do something you would not like bout it

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  3. Demuestrame que te estoy copiando y dejare de escribir histeria, y tambien identificate

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  4. Why should i identify ? i dont need to... you know what are you doing, you know it perfectly, you have stolen a script, and then changed the names to convert that one in this copy called histeria, you gave it to one of your friends, don't you remember mayork? think about it, u MUST play this game, or you will have the consequences

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  5. mira, mientras no me muestres lo que supuestamente copie yo seguiire escribiendo histeria,no tengo miedo ni me preocupo de lo que dices porque no tienes justificacion.

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